lunes, 17 de diciembre de 2012

"A partir de ciento y pico euros se puede comprar una obra"

Nuria Blanco, consultora de arte y directora de Moret Art

Nuria by Gustavo Rivas
La empresa de Nuria Blanco es un homenaje a su bisabuelo. Manuel Rodriguez-Moret fue editor y mecenas de numerosos artistas gallegos durante la primera mitad del siglo XX. "Mi bisabuelo quiso emular la obra Memorias de un vendedor de cuadros del marchante Ambrois Vollard y, al igual que él, dejó por escrito sus experiencias con los pintores para que sus descendientes pudiesen conocerlo y continuar con su labor. Así que yo tenía que hacerlo", cuenta. Antes de eso, la madre de Nuria Blanco, farmacéutica de profesión, le hizo estudiar una carrera con el compromiso de que después se dedicase a lo que quisiese. Ella se licenció en Farmacia pero jamás pensó en trabajar en una botica. En el año 2007 fundó Moret Art.

-¿Qué es y qué no es Moret Art?
-Es la primera consultora especializada en arte contemporáneo que tiene sede en A Coruña. Y no es simplemente un lugar expositivo. De hecho, primero nació la consultora, especializada en asesorar a coleccionistas privados, institucionales y artistas, y un año después, el espacio expositivo.

-Imagínese que tengo un dinero ahorrado. ¿Me podría decir en quién sería una misión segura invertir?
-No lo debo hacer (ríe). Lo que sí te puedo decir es que si tienes un dinero ahorrado y no lo necesitas para que se vuelva líquido rápidamente, sería fantástico que invirtieses en arte. A día de hoy el arte se ha consolidado como la tercera vía de inversión, tras los productos financieros e inmobiliarios. Luego van las joyas y las antigüedades. El arte es una inversión pero es importantísimo que al coleccionista, el día que compre la pieza, le tiemblen las piernas de la emoción. Te tiene que entusiasmar. No me gusta vender una pieza con la que el cliente no se vaya flipado.



-Con la inestabilidad que transmiten los mercados financieros, ¿le llegan nuevos clientes con ganas de invertir parte de su patrimonio en el mercado del arte?
-Nunca recomiendo que se compre con el objetivo de que sea una inversión rentable a corto plazo. El arte, aunque es un valor seguro, puede no generar una liquidez inmediata. 

-¿Este es un buen momento para comprar?
-Claro que es buen momento para comprar pero quien busque gangas, que se asesore bien.

-¿Qué es lo más barato y lo más caro que tienen a la venta aquí?
-Buscamos que haya piezas asequibles para todos los bolsillos. A partir de ciento y pico euros se puede comprar una obra de arte. La idea es que todos podamos llegar a comprarnos algo que no sea una lámina de Ikea.  

-¿En A Coruña hay grandes coleccionistas de arte?
-Sí, lo que pasa es que son bastante discretos. Pero aquí hay grandes colecciones de arte de las que podemos estar muy orgullosos.

-¿Cuál sería el perfil del coleccionista particular?
-Normalmente es un profesional liberal o un empresario, con una edad media de unos 50 años.

-¿Y de cuántas piezas de media se componen esas colecciones privadas?
-Es muy heterogéneo. Hay colecciones de más de 500 piezas que te hacen perder el sentido y hay otras más pequeñas que son auténticas joyas.

-¿Qué pensó cuando vio a la Thyssen vendiendo La Exclusa?
-No me extrañó nada. Cuando tienes un determinado nivel, es algo natural. Todos los grandes coleccionistas compran y casi todos venden.

-¿El robo del Códice Calixtino a manos del electricista de la Catedral fue un despropósito?
-Me pareció una mezcla de película de Almodóvar y novela de misterio extraña.

-¿Y a qué película le recordó el caso del Ecce Homo, con una señora que se pone a restaurar por su cuenta y riesgo el fresco de una iglesia?
-Me parece triste. Me da mucha pena que se nos conozca por algo que no deja de ser una anécdota. En España, el patrimonio se preserva bien.

-Los últimos sucesos podrían apuntar a que el patrimonio de la iglesia no se preserva tan bien.
-Puede ser, pero me da rabia que todas las cosas estupendas que suceden se cuenten poco y que este Halloween se hayan visto máscaras en los Estados Unidos con la cara del Ecce Homo (ríe). Parece que aquí somos unos animales y no es verdad.

-Hablemos de arte práctico. ¿Sabe colgar un cuadro?
-Por supuesto que sé colgar un cuadro, pero un truco importante es que no falte un nivel y siempre viene bien que sean dos personas por aquello de sujetarlo mejor.

"Adquirí mi primera obra a los diez años"

Nuria Blanco cree que el arte como provocación sin más ya no tiene razón de ser. "En algún momento se pudo entender, pero solo por llamar la atención no tiene ningún sentido. Ya estamos todos curados de espanto".

-¿Dónde está el límite del arte? ¿Hay que ponérselo?
-El límite está en la imaginación de artista y que el público perciba lo que hace como un hecho artístico, no como un entretenimiento o una experiencia para comentar. El arte contemporáneo es algo muy serio. Lo demás es puro artificio para salir en la prensa.

-Como en la última edición de la feria Arco, con aquella figura de Franco metido en una máquina de refrescos.
-Exacto, todos los años hay una obra polémica en Arco. A mí eso no me interesa.

-¿Cuál es la receta para que se popularice más el arte?
-Que sea reconocible, con un lenguaje único. Para que un grupo de música tenga éxito tienes que poder reconocer sus melodías. Pues un artista es lo mismo. Y debe de transmitir algo.

-En una de las últimas inauguraciones de Moret Art (la del Comic Reoaladed este verano) hubo cucuruchos de palomitas y barra libre de cerveza en vez de los clásicos canapés. ¿Mantienen ese tono desenfadado en todos los eventos?
-También organizamos actos más solemnes o menos emergentes. Lo que pasa es que con lo del cómic buscamos un aire neoyorquino e informal.

-¿Se ha emocionado alguna vez contemplando una obra?
-Muchas veces. Hay obras que me quedaría mil horas mirándolas. Y cada vez que me puedo acercar a verlas, voy. Me pasa con alguna pieza del Reina Sofía como "La tertulia", de Ángeles Santos, o "El carnaval del arlequín", de Joan Miró. También los Rothko del Moma. Es casi como una amistad con la obra de arte. Emoción de ponerme nerviosa, suele ser cuando me compro algo que realmente me apetece mucho.

-¿Y se acuerda cuándo fue la primera vez que le pasó?
-Sí, perfectamente. Yo tenía diez años, fue la primera obra que me compré y me gasté todos mis ahorros en ella, 25.000 pesetas por un pastel de Angela Ocaña. Esta obra me ha acompañado siempre y la sigo teniendo en mi casa. Fue una sensación de nervios, como cuando un niño abre un regalo de Reyes.

-¿Y en la ciudad? ¿Hay alguna pieza que le guste "revisitar"?
-Cualquier pieza de Maruja Mallo de la colección de Novacaixagalicia. La vería todos los días. En esa colección hay piezas de morirse.

-¿Cree que peligra el futuro de esta colección?
-Sería una gravísima pérdida para el patrimonio histórico y artístico de Galicia. Es un trabajo que han desarrollado de manera muy rigurosa los equipos de estas entidades durante muchísimos años y de verdad dudo mucho que sea posible reunir una colección de arte gallego del último siglo de esa calidad. Supongo que se buscarán fórmulas para evitar que se pierda. Es una colección espectacular.

(Entrevista escrita por Loreto Silvoso y publicada en La Voz de Galicia el 4 de noviembre del 2012)